Y ahí estabas en mi sueño,
persiguiendo mis deseos
recordándome tu aliento
y aquellas manos que tanto hablaron.
Y ahí estabas en la escena,
recitando los libretos
dando vueltas en enero,
entregándote sin remedio.
Te soné y te extrañé...
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Seguí soñando, que ya lo dijo Picasso, todo lo que podés soñar, es real.
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