llegaba el caballero bien vestido a la iluminada habitación.
Iluminda de amor y envuelta en pétalos y pasión sin medida
sin mas ni más, y así sin titubear
desmintiendo las verdades,
con aires de locura
con el único fin de matar sin importar nada más,
en el alma soledad y una brisa oscura.
Una cruz en la frente,
un beso calculador
dos pasos fríos y llenos de valor
atravesaron esa puerta,
la puerta del rencor.
Y se marcharon suplicando,
no te vayas por favor.
Y así dejaste mi palacio,
el palacio del amor,
con dragones enfurecidos sin espinas, ni perdón.
Y esa fue su despedida,
de un adiós sin corazón.
"no te vayas por favor"
ResponderEliminar"somos dos en un solo corazón"
Hola! Nos conocemos? Sera que hasta somos amigas?
Muy lindo tus escritos, se parecen mucho a la fue mi historia.